

La lesión sufrida por el luchador canadiense sería mucho más seria de lo que se pensó en primera instancia y los médicos de la compañía aseguraron que había un 95% de posibilidades de que Tyson hubiera fallecido en el ring, y de sobrevivir, era prácticamente imposible que Kidd no quedase paralítico, algo que afortunadamente tampoco ocurrió, pese a significar el fin de su carrera en la industria del Wrestling.
Más de un año después, aun se desconoce con certeza que pudo salir mal en la ejecución del Muscle Buster, movimiento que Samoa Joe ha usado como remate final durante prácticamente toda su carrera. Bret Hart declaró recientemente que la compañía presionó a los luchadores para tener un combate muy corto y rápido, sin tiempo a la preparación o calentamiento previo. El ex compañero en parejas de Tyson, Cesaro, aseguró el pasado mes que hay ciertos movimientos que deben mantenerse prohibidos en WWE, y señaló al Muscle Buster como uno de ellos.
Tyson Kidd se mantiene bajo contrato con la compañía y ni la propia WWE ni el luchador han hecho ningún tipo de declaración determinante sobre el futuro del luchador en lo relativo a su carrera. En cualquier caso distinto a una recuperación milagrosa por parte del canadiense, no se espera que Tyson pueda volver a luchar debido al riesgo que podría conllevar luego de su lesión el pasado año.