Canelo evita a Charlo, evita a Callum y hará historia contra Fielding
El anuncio de que Saúl Canelo Alvarez subirá a las 168 libras para retar a uno de sus campeones, el flamante monarca AMB, el británico Rocky Fielding. Esa es la noticia del día. Tal vez lo inédito es que esa “riesgosa pelea” del mexicano ocurra a solo tres meses de su combate contra GGG. Pero en absoluto ha sido una novedad, esperábamos esa movida.
En los últimos días, desde el interior de propio equipo de Canelo, hubo posibles infidencias en redes sociales donde se reveló precisamente esa intención de Canelo, “sorprender subiendo a buscar algún título disponible en la división superior para hacer historia y luego regresar a las 160 libras”.
Tampoco debe sorprender que el inexpresivo campeón regular de la AMB, Rocky Fielding, sea la víctima elegida. Es el más accesible de los monarcas, por más que en la Asociación Mundial de Boxeo el verdadero campeón sea Callum Smith que en estos días noqueó a George Groves en la final del WBSS y le arrebató el cinturón de súper campeón.
Es verdad que el casi desconocido Fielding es también propietario de otro cinturón, en la misma categoría y por el mismo organismo, pero no deja de ser un intruso en el primer nivel. Precisamente Fielding, que una sola vez en su carrera ha peleado fuera de Inglaterra, tiene una sola derrota y adivinen contra quien. Si, efectivamente, contra Callum Smith que lo noqueó en el mero primer asalto ¡Vaya, Suerte la de Canelo!, encuentra un campeón a modo y sumará otra diadema a la colección.
En realidad, en una semana el tapatío evitó dos rivales: al monarca mediano interino del Consejo Mundial de Boxeo, Jermall Charlo, y al campeón titular de la AMB, Callum Smith. Precisamente, en la Convención del organismo celebrada esta semana en Kiev, se “decidió que el monarca interino Charlo, celebrara una eliminatoria contra Golovkin para definir el próximo rival de Canelo”. Antes habían liberado al tapatío para que realizara una pelea opcional y se suponía que sería con un rival a modo, como el canadiense David Lemieux en 160 libras.
Al mismo tiempo se suponía que luego, el 5 de mayo, se cumpliría la tercera pelea contra GGG y después, de acuerdo con el rumor casi oficial, el mexicano subiría a las 168 libras a buscar un campeón a modo. Algo que ya les adelanté en mi última columna, sobre “El futuro del Top 3 del Libra por Libra”. Sin embargo, la movida fue más rápida de lo imaginado.
¿Hay alguna explicación para esta sorpresa? Seguramente hay varias explicaciones posibles, no obstante, parece tratarse de una pura estrategia comercial de un púgil que ya decididamente confirmó el rumbo de su planificación boxística.
“El negocio va por encima de lo deportivo”. Algo normal debido a la importancia de la trascendencia de lo que el campeón mundial mediano representa como valor de marca luego de sus impactantes victorias sobre Golovkin.
Ya será muy difícil imaginarlo a Saúl Alvarez contra un rival que pueda poner en riesgo su victoria. En resumen, es la copia exacta del plan de negocio que tantos resultados le dio y le sigue dando a Floyd Mayweather. Elegir rivales ganables, elegir cinturones accesibles o enfrentar buenos rivales cuando ya dejaron de ser buenos rivales. Desde lo comercial, es un acierto. Desde lo deportivo, simplemente es una tragedia. Cada día aumenta el número de campeones de escritorio en el boxeo de primer nivel y ello necesariamente, en algún momento, le pasará la cuenta al propio negocio, si se siguen ordenando, aceptando o pactando peleas desiguales y a contramano de la realidad deportiva.